Sarah Gilbert quiere devolvernos la normalidad con una vacuna
Hasta abril, Sarah Gilbert era un rostro desconocido para los británicos. Eso cambió con el anuncio de que el equipo que dirigía estaba cerca de dar con una vacuna contra el Covid-19. Ahora no solo los británicos, sino que el mundo entero está pendiente de ella y su trabajo.
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Desde Londres
Las mujeres son uno de los grupos más afectados por la pandemia. Estudios y encuestas revelan cómo el cuidado del hogar y la familia suponen un peso para profesionales, académicas y científicas. Pero -ironía- una mujer podría tener la clave para que el mundo vuelva a la normalidad, o lo más parecido al mundo como lo conocimos previo a la pandemia.
En Cambridge, en Oxford, en el Imperial College of London equipos liderados o integrados por científicas senior trabajan para encontrar una vacuna contra el SARS-CoV-2.
Pero es el equipo del Instituto Jenner, de la Universidad de Oxford, el que lleva la delantera, y Sarah Gilbert es señalada como la responsable de que así sea.
"Lo que necesitamos del gobierno es apoyo para acelerar la producción de la vacuna", declaró en abril una confiada Gilbert, en la entrevista con Andrew Marr de la BBC, que la convirtió en un rostro familiar para los hogares británicos.
De hablar claro y seguro, Gilbert se destaca por su capacidad de explicar temas complejos, como la virología y vacunología, en un lenguaje accesible pero no simplón. En las redes sociales es aplaudida por su honestidad. "No es una certeza completa", ha insistido varias veces, cuestionada si la vacuna estará lista este año.
Esta semana, Gilbert, su colega Adrian Hill, director del Jenner Institute, y su equipo volvieron a los titulares. En un paper publicado por la revista científica Lancet revelaron que las primeras pruebas mostraron que su vacuna ChAdOx1 nCoV-19 era capaz de generar inmunidad de forma segura.
En una rueda de prensa virtual el martes, Gilbert aparece seria, absolutamente concentrada en las preguntas. Tanto que no sonríe, como sí lo hacen sus colegas, a un par de comentarios graciosos de periodistas. Tampoco pestañea cuando se le dice que el mundo entero está atento (depende sería más exacto) de su trabajo.
No es falsa modestia. Gilbert aparece segura del trabajo que están haciendo. "Conocemos esta tecnología, sabemos lo que puede hacer", afirma. Pero también sabe que hay otras vacunas en desarrollo.
Sus compañeros de curso en la escuela de niñas Lewis Road (hoy Southfield School) la recuerdan así: inteligente, callada, educada y amable.
Gilbert, de 58 años, es oriunda del pueblo de Kettering, de menos de 100 mil habitantes. Desde su escuela primaria hasta sus universidades (East Anglia y Hull) se han apresurado a destacar el paso de su exalumna por sus aulas. En 1994 ingresó al laboratorio de virología de la Universidad de Oxford, y en 1999 comenzó su carrera académica. A Gilbert le tomó apenas una década convertirse en profesora titular, ya en el Instituto Jenner. En 2016 fundó Vaccitech, un vehículo privado para poder levantar fondos de venture capital para la investigación y pruebas de nuevas vacunas.
Sector privado
Su experiencia en el sector privado ha sido clave en el rápido desarrollo de la vacuna contra el Covid-19. Cuando China publicó detalles genéticos del SARS-CoV-2 en enero, Gilbert y su equipo, entonces pequeño, se pusieron a trabajar de inmediato. Llegaron a la tarea con la experiencia de su trabajo en la búsqueda de una vacuna universal contra la influenza, otra contra el ébola, y la más reciente: contra el MERS, un coronavirus aún más mortal que el Covid-19.
Gilbert y sus colegas han perfeccionado el uso de un adenovirus proveniente de un chimpancé como vehículo para introducir el material genético del virus que se busca combatir. A su experiencia científica se sumó la de gestión. La científica y madre de trillizos no solo comenzó a trabajar en la vacuna, al mismo tiempo se preocupó de conseguir un laboratorio para producir las primeras dosis para los ensayos clínicos, mientras tramitaba los permisos para reclutar los primeros voluntarios, y buscaba recursos. Los primeros fondos vinieron de una ONG que cuenta con el respaldo de Bill y Melinda Gates.
Bloomberg afirma que fue Bill Gates el que impulsó al equipo de Gilbert a buscar una alianza con una gran farmacéutica para asegurar una producción a gran escala de la futura vacuna. El gobierno británico comprometió fondos recién a fines de marzo, cuando anunció al mismo tiempo la cuarentena total. AstraZeneca se convertiría en la farmacéutica escogida para la alianza. En junio, Gates aumentó su aporte en US$750 millones para asegurar al menos 1.000 millones de dosis de la vacuna para países en desarrollo.
Gilbert comienza su larga jornada a las cuatro de la mañana. "Es un trabajo agotador, pero emocionante. Aún tenemos muchas cosas por resolver", afirma.
Pero este martes por la mañana, junto con sus colegas explica por qué su vacuna podría ser la respuesta y cómo solo están a la espera de los resultados de la prueba que se está aplicando a 30.000 personas en Estados Unidos, Brasil y otros países para confirmarlo.
"Hemos acelerado tanto el proceso, que hemos hecho en cuatro meses lo que nos tomaría cinco años", explica Gilbert.
En una entrevista hace ocho años, Gilbert ya lo advirtió: "Aún necesitamos muchas vacunas contra la malaria, con el VIH...". Esas enfermedades también están en su lista. Por lo pronto, la prioridad es una: combatir el Covid-19 y sacar al mundo de su cuarentena.